OBRA

Las cosas que podemos perder

El anonimato es un factor que distingue a las grandes ciudades, donde la población deviene en masa que se proyecta y se apropia de espacios en su carácter de ánonima. Los rostros se desdibujan, sin nombres y las necesidades -reales y creadas-, se mimetizan. El individuo se torna ilusorio en la realidad hiper conectada y narcisista de las redes y sus cámaras de eco, que recodifican el mundo desde patrones algorítmicos, mientras su privacidad se pierde y la información personal e identitaria es resignificada como un bien público para su uso en el mercado. Las narrativas de lo que acontece se han vuelto más efímeras que nunca, mientras la memoria, que da identidad en lo individual y lo colectivo, se fragmenta y se pierde. Todos hemos perdido algo, a alguien, solo es la memoria aquello que hilvana la permanencia, la continuidad y el sentido ante el vacío. Una sociedad desmemoriada entraña el peligro de habitar en la indiferencia y el sinsentido.

Las cosas que podemos perder (2008) video, 3’ 46” *

*Esta pieza forma parte de mi propuesta de dirección visual para la puesta en escena Anamnesis, la blanca oscuridad, del Ensamble Rosas-Govaerts (2008)